Fue conocido como «El Santo Patriarca», «El Santo de los Patriarcas», «El Padre de la Historia Maronita», «Pilar de la Iglesia Maronita», «El Segundo Crisóstomo», «Esplendor de la Nación Maronita», «La Gloria del Líbano y de los Maronitas».
Por: Mons. Ignace Sadek
Rector de la Catedral de Nuestra Señora del Líbano
Escrito para «Patriach Estephan Douahiy Association».
Publicado en español el 23 de julio de 2024
I. Primeros Años y formación
Nacimiento: 2 de agosto de 1630
Nombre de bautizo: Esteban —por su patrón san Esteban, primer diácono y primer mártir— cuya festividad es el 2 de agosto.
Lugar de nacimiento: Ehden, bastión de los maronitas, en el norte del Líbano, a 1067 metros (aprox. 3,500 pies) sobre el nivel del mar, con una rica historia religiosa: tres patriarcas, treinta y cuatro obispos y muchos sacerdotes, ermitaños, monjes y monjas.
Familia: Tuvo unos padres piadosos y buenos: El diácono Mikhael Douaihy y Mariam Douaihy; un hermano, Moussa; un tío, el obispo Elias Douaihy. Perdió a su padre cuando tenía tres años.
Escuela primaria: A los cinco años ingresó en la escuela parroquial de San Pedro en Ehden Norte, donde adquirió nociones básicas de aritmética, lenguas árabe y siríaca, y una sólida formación cristiana. Se distinguió por su inteligencia prodigiosa y precoz.
Estudios en Roma: Conscientes de su capacidad intelectual y de sus cualidades religiosas y morales, el patriarca Gerges Omayra Douaihy y el obispo Elias Douaihy, ambos de Ehden, lo enviaron a Roma donde llegó en junio de 1641; sólo tenía once años.
El Colegio Maronita: Ingresó en el Colegio Maronita de Roma, fundado en 1584 por el Papa Gregorio XIII y dirigido por los Padres Jesuitas.
El genio: Allí asombró a todos por su inteligencia superior, su profunda piedad y su personalidad sobresaliente. Su profesor, el padre Sparsa, dio testimonio de ello: «He enseñado en muchas tierras y en muchas universidades, pero no he encontrado a nadie como Esteban, por la brillantez de su mente y la pureza de su vida».
Milagro: A causa de sus intensos estudios, se quedó casi completamente ciego, pero, por intercesión de María, Madre de Dios, recuperó milagrosamente la vista, sin tener que llevar nunca lentes.
Su educación: Aprendió todo lo que la Ciudad Eterna podía ofrecer a un estudiante brillante. Se doctoró en Filosofía y Teología. Además de su formación canónica, dominaba el árabe, el siríaco, el latín, el italiano, el griego y el hebreo. Más tarde obtuvo algunos conocimientos de francés y turco.
Compromiso oriental: En 1655 terminó brillantemente su formación intelectual y su reputación se extendió por toda Europa. Sin embargo, rechazó todas las tentadoras ofertas de las universidades y de las Cortes Reales. Optó por regresar al Líbano, tras permanecer otros seis meses en Roma, visitando todas las bibliotecas y recopilando valiosos documentos sobre los maronitas. Regresó al Líbano el 3 de abril de 1655, tras catorce años en Roma.
II. El Sacerdote
Ordenación: Fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1656 por el Patriarca Youhanna en el Monasterio de los Santos Sarkis y Baco en Ehden.
Escuela: Abrió una escuela gratuita para niños en el Monasterio de San Yacoub Al Ahbach en Ehden.
Alepo: En 1657, fue enviado a Alepo (Siria) por el patriarca Gerges Bshebhely, para trabajar por la unidad de los cristianos y ayudar a su amigo, el obispo Andrew Agheejan, que se convirtió en el primer patriarca siro-católico.
Misión en el Líbano: En 1658, fue nombrado misionero de la Congregación de la Propagación de la Fe y regresó a su escuela de Ehden. Ese mismo año, fue enviado por el Patriarca Bshebhely a Jheeta, Kasrouan, Líbano para enseñar y predicar, y después al Sur del Líbano, a Saida (Sidón), Bekah, Marjehyoun. Finalmente, fue nombrado pastor de Ardee y de los pueblos vecinos del norte del Líbano.
Alepo: En 1662, a petición del Patriarca Bshebhely y del pueblo, regresó a Alepo (Siria), donde fue llamado «El Segundo Crisóstomo». Permaneció allí seis años.
Tierra Santa: En mayo de 1668, Douaihy regresó al Líbano y fue con su madre y su hermano en peregrinación a Tierra Santa.
III. El Obispo
Ordenación: A su regreso de Tierra Santa, se sorprendió al saber que había sido elegido obispo de Chipre. El 8 de julio de 1668 fue ordenado obispo por el patriarca Gerges Bshebhely.
Misión: Antes de partir para Chipre, el Patriarca Bshebhely le envió a visitar y confortar las parroquias de Jebbee, Zawiya y Akkar, en el norte del Líbano.
Chipre: Ese mismo año, entró en la diócesis de Chipre, estableciendo su residencia en Nicosia, pero visitando todas las ciudades maronitas de la isla, predicando, reuniendo documentos y organizando la diócesis que había estado vacante durante treinta y cuatro años. Providencialmente, abandonó Chipre el 12 de abril de 1670 para realizar una breve visita al Líbano. Fue el día en que murió el Patriarca Gerges Bshebhely.
IV. El Patriarca
Ordenación: El 20 de mayo de 1670, el obispo Esteban Douaihy fue elegido Patriarca. Dos días más tarde, fue ordenado Patriarca en Qannubine, la sede patriarcal en aquella época, en el Valle Santo.
Persecusiones: A lo largo de sus treinta y cuatro años de Patriarcado, Douaihy no probó el descanso. Nueve veces se vio obligado a huir de su sede de Qannubine a Mar Challita Mekbes en Ghosta, Kesrouan, a Mejdelmhooch en el Chouf o en Jbeil y Batroun. A través de sus pruebas y persecuciones, resume personalmente toda la historia y el destino de la nación maronita. Siempre estaba en movimiento, escondiéndose en cuevas y lugares casi insalubres, llevando notas y documentos, escribiendo hasta altas horas de la noche en muy malas condiciones, y preocupándose por todos y por todo en la Iglesia Maronita.
Hazañas: Construyó veintisiete iglesias y muchos monasterios, ordenó catorce obispos y muchos sacerdotes. Protegió a la Iglesia Maronita de la latinización, le dio una identidad propia y distinguida, desempeñó un papel decisivo en la fundación de la Orden Libanesa y en la conversión a la fe católica del patriarca melquita Cirilo y del establecimiento del primer patriarca siro-católico. Reorganizó la Iglesia Maronita, reafirmó sus fundamentos y la dotó de la preciosidad de sus escritos.
Falleció: El Patriarca Esteban Douaihy murió, como era su deseo, en su sede de Qannubine en olor de santidad, el 3 de mayo de 1704.
V. Cualidades
El escritor: Siempre ocupado en viajar a causa de la agitación política y la situación social, escribió sin embargo treinta extensos libros sobre historia y liturgia eclesiástica, sin contar sus preciosos comentarios y su enorme correspondencia a papas, reyes, cardenales y líderes cívicos. Entre sus escritos se encuentran: Historia de los tiempos; Los orígenes de los maronitas; La defensa de la ortodoxia de los maronitas; El libro de las ordenaciones; La serie de los patriarcas maronitas; La lámpara del santuario; El libro de las consagraciones; El libro de las anáforas; El libro de los ritos y las bendiciones; El libro de las melodías siríacas, y muchos otros...
Su Santidad: El Patriarca Esteban Douaihy ha sido venerado como un santo. Se le atribuyen numerosos milagros, tanto durante su vida como después de su muerte. La causa de su beatificación presentada por la parroquia de Ehden fue aceptada por Roma y avanza enormemente. El 2 de agosto de 2024 será beatificado en Bkerke por el patriarca Bechara Pedro Raí, como delegado del Santo Padre Francisco para esta celebración.
VI. Su personalidad
La persona: De estatura media, tenía una gran frente, una larga barba, una constitución sólida, una nariz aguileña y cejas bien definidas.
Humildad: Rechazó los honores romanos e intentó rechazar el episcopado y el patriarcado. Solía recibir a los pobres y a los campesinos igual que a los grandes líderes.
Piedad: Era un hombre de oración. Le gustaba recluirse en cuevas o en lugares escondidos para rezar y meditar. En Qannubine, había hecho una abertura en su habitación para poder mirar libremente al Santísimo Sacramento y al icono de María de su capilla.
Austeridad: Fue muy aguantador y austero en vida. Según su contemporáneo y biógrafo, el obispo Semaan Awad, más tarde Patriarca de 1742 a 1756, «Nunca comió carne durante su vida, excepto cuando se lo ordenaba su consejero médico o su director espiritual y sólo por razones de salud».
Ciencia: Poseía todas las cualidades de un verdadero científico en historia y liturgia. Todo lo que avanzaba se basaba en pruebas y documentos. En Roma, emprendió una minuciosa investigación relacionada con los documentos relativos a los maronitas en la Biblioteca y los Archivos Vaticanos, en el Colegio Maronita y en muchos otros lugares. En Líbano, Siria y Chipre, visitó casi todas las iglesias, monasterios y casas maronitas, recopilando documentos y manuscritos muy antiguos y preciosos. Muchos hechos relatados por Douaihy han sido verificados por descubrimientos posteriores.
Patriotismo: Su amor por su Iglesia y su país fue siempre la directriz de su vida. Visitó casi todas las parroquias, revisando y corrigiendo los libros que pudo encontrar, y organizando adecuadamente su administración, o incluso pagando sus deudas. Gracias a él, la Iglesia Maronita se dotó de todos los libros litúrgicos necesarios para las oraciones, consagraciones y bendiciones. Se le ha llamado con razón «el padre de la Iglesia Maronita». En cuanto a su patriotismo, sus libros de historia, muchos de sus escritos y toda su vida de pruebas y sufrimientos revelan un auténtico sentimiento nacional. A él debemos el conocimiento de muchos puntos oscuros de nuestra historia.
El Magno: Era un gigante, un genio, una persona tan dotada que el mundo no vería a alguien como él durante siglos. Su biógrafo, Semaan Awad dijo: «Era como un águila volando por encima de todos los pájaros y era entre sus iguales como el sol entre las estrellas». Se hablaba de sus milagros, pero sin duda, el mayor milagro que realizó fueron sin duda sus diversos e inmensos escritos. Sólo una persona inspirada, alentada y empujada desde arriba puede producir el gigantesco y enciclopédico tesoro que dejó para que la posteridad lo admirara.
VII. Citas de Historia de los maronitas (religiosa, cultural y política) del reverendo Boutros Daou
El Patriarca Douaihy permaneció en la Sede Patriarcal treinta y cuatro años, realizando inmensas y permanentes obras culturales, religiosas y creativas para toda la nación. Entre los principales títulos a la gloria de Esteban Douaihy figuran los siguientes:
La fundación de la «Orden religiosa de San Antonio«. Un grupo de jóvenes brillantes, maronitas de Alepo, Gabriel Hawa, Abdalla Qara'ly y Joseph al-Batn, llegaron al Líbano, renunciaron al mundo y a sus placeres y, bajo la guía de Douaihy, fundaron una comunidad religiosa bajo el patrocinio de San Antonio del Desierto. El patriarca Douaihy les animó y aprobó su regla en el año 1700. Esta comunidad religiosa es la principal orden maronita de los tiempos modernos, aún floreciente y activa en sus descendientes, las órdenes libanesa y maronita (p. 549).
Douaihy es un historiador totalmente fiable. Visitó casi todas las iglesias maronitas del Líbano, Siria y Chipre y recogió de ellas documentos muy antiguos y fiables relacionados con nuestra historia. Poseía todos los requisitos de un historiador con la oportunidad de consultar muchas fuentes a las que ahora no podemos tener acceso. Muchos acontecimientos relatados por él en nuestra historia medieval han sido verificados por descubrimientos posteriores de historiadores contemporáneos (p. 552).
Douaihy fue muy resistente y austero en su vida. Según su contemporáneo el obispo Sim'an Awad, nunca comió carne durante su vida, excepto cuando se lo ordenaban su consejero médico y su director espiritual por motivos graves relacionados con su salud. Casi siempre ocupado en viajes debido a la incómoda situación política y social de su época, escribió sin embargo más de treinta libros de gran tamaño, y lo hizo en circunstancias muy duras. Estaba dotado de un ardiente celo apostólico y de un espíritu muy caritativo (p. 553).
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