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LA VIRTUD DE SER IMPERFECTO: EL CAMINO PARA LA MAYORÍA DE NOSOTROS EN EL LIBRO DE LOS PASOS

EL LIBRO DE LOS PASOS: TERCERA PARTE

El original fue publicado en inglés el 28 de julio de 2020 por Syriac Christian Heritage (cortesía de: www.thehiddenpearl.org por el padre Armando Elkhoury)


 


Por Robert Kitchen


 

El siriaco Libro de los Pasos (1) describe en detalle los dos niveles principales de una comunidad cristiana del siglo IV en la Persia sasánida de Zoroastro (actual noreste de Irak) - el recto (kīnē) y el perfecto (gmīrē) - pero habla la mayoría de las veces de los perfectos. Los rectos, laicos comprometidos al servicio de los necesitados, son mencionados sólo en diminuto contraste con los perfectos superiores, célibes que han renunciado al mundo y rezan incesantemente.


Los rectos son cristianos mundanos, medidos finamente. El autor les asigna números y expectativas limitadas: se espera que oren cinco veces al día, pero no se espera que hagan toda la voluntad de Dios, ni que conozcan todos los caminos de Dios. Entre otras normas, no deben maldecir o llamar a alguien tonto, ni mentir contra nadie. Los Perfectos, por otro lado, viven sin limitaciones en el borde del infinito. Rezan todo el día, conocen y hacen toda la voluntad y los caminos de Dios, y de hecho viven con el Señor en el Jardín del Edén. Yendo mucho más allá de no maldecir a alguien, honran y bendicen a todos.


Una cosa divertida sucedió en el camino a la Perfección. La Perfección no era perfecta, y la Rectitud no era tan imperfecta. El autor había construido un nuevo mundo y una nueva forma de vida alrededor de los roles específicos y las actitudes por las cuales la Rectitud y la Perfección podían desarrollar y mantener la vitalidad del Evangelio. Pero de alguna manera la naturaleza humana y la naturaleza de una congregación se interpuso en el camino –no muy diferente a nuestras propias congregaciones– y la vida de fe se movió en diferentes direcciones de las que el autor esperaba que fuera. Un aspecto no resuelto del Libro de los Pasos es ¿cómo fue compilada esta colección de 30 mīmrē? El lenguaje y el estilo literario parecen ser genuinamente el trabajo de una persona. Hubo un editor que escribió el corto prefacio, refiriéndose al autor en tercera persona, pero no dio ninguna pista de si era el compilador. El Libro de los Pasos parece ser el trabajo recopilado de este líder espiritual-autor, no muy diferente de los sermones de larga duración de un pastor o a los mensajes de un boletín de noticias, definitivamente un conjunto de reglas y normas para la Rectitud y la Perfección, las interpretaciones bíblicas y las respuestas escritas a las preguntas y desafíos sobre sus ideas y prácticas. No se indica ninguna línea de tiempo, aunque el orden tradicional de los mīmrē puede interpretarse vagamente como cronológico, con algunas homilías indeterminadas en relación con las otras.


Después de comenzar con las calificaciones y reglas para estos rectos, el autor raramente los menciona, enfocando las fallas y fracasos de los perfectos. Sólo en las últimas seis homilías comienza a elogiar al recto (kīnē) o, especialmente cuando ya no menciona a los perfectos (gmīrē). Los perfectos (gmīrē) parecen haber perdido su orientación en el modo de vida de los Perfectos, ya no sienten la necesidad de seguir rigurosamente las prácticas ascéticas, sino que se sienten bastante cómodos con la autoridad y el privilegio que creen que la Perfección les ha concedido - ciertamente no es un desarrollo poco común en las congregaciones a lo largo de los milenios de cristianismo.


El decepcionado, incluso desanimado y deprimido autor comienza a mirar más de cerca a los fieles rectos (kīnē) que continúan en sus llamados designados. Algo parece cambiar cuando comienza a animar al recto (kīnē), declarando varias veces que son casi perfectos (gmīrē), y que si tan sólo se convirtieran en célibes, ¡lo serían! El lector no lo sabe, pero no hay evidencia de que muchos de los rectos (kīnē) hayan seguido su consejo.


Creo que ahora el autor percibió la naturaleza del modo de vida cristiano de una manera nueva. Los rectos (kīnē) –mientras estaban casados, poseían propiedades y tenían trabajos– ayudaban a todo tipo de personas con necesidades físicas y espirituales. Se les decía continuamente que eran inferiores a los perfectos (gmīrē), pero la humildad no les permitía pensar tan bien de sí mismos. Todo esto produjo cristianos que adoraban y rezaban regularmente y servían a otros desinteresadamente. Se habían convertido a través de la disciplina con el tiempo, de hecho, casi perfectos (gmīrē), quizás mejores que los perfectos (gmīrē).


El Libro de los Pasos termina abruptamente antes de que escuchemos como las cosas finalmente funcionaron entre los rectos y los perfectos. El 30 y último mīmrō se refiere a una gran cantidad de conflictos, turbulencias y violencia en la comunidad del autor. La fecha de la escritura del Libro de los Pasos aún se debate con poca evidencia para medirla. Al estar situado en el Imperio Persa Sasánida que durante el siglo IV no era a menudo amistoso con los cristianos, el autor escribía ya sea durante, después o incluso antes de las terribles persecuciones de los cristianos por Shapur II. Hubo también un conflicto interno en la comunidad cristiana que debió atravesar el alma del autor (2).

El lenguaje del autor está saturado de imágenes e historias bíblicas, y en la última sección de este último mīmrō cuenta el cuento familiar del recaudador de impuestos Zaqueo que se sube a un árbol para poder ver a Jesús. Zaqueo, invirtiendo su poco ético aprovechamiento de la gente vulnerable, promete devolver a los que ha engañado y dar sólo la mitad de su riqueza a los pobres. Jesús le asegura que recibirá la salvación ese día. Y el autor se da cuenta de que Jesús no le pidió que cumpliera todos los requisitos para la perfección, ni siquiera que se deshiciera de su dinero y sus posesiones. El autor es tan directo como puede serlo, no tienes que ser perfecto (gmīrē) para ser salvado. La rectitud es suficiente (3).


¿Había fallado el experimento de la verticalidad/perfección? La descripción idealizada del autor de lo perfecto que intentó implementar había esencialmente muerto antes de que el Libro de los Pasos terminara, pero los dos niveles de la vida cristiana evolucionaron y se transformaron siglos después. Philoxenos de Mabbug empleó los términos kīnē/gmīrē en sus sermones dirigidas a las comunidades monásticas de finales del siglo V, principios del VI, cerca de Siria (4). Los rectos (kīnē) ocasionalmente, y más a menudo los perfectos (gmīrē), son representados a lo largo de un comentario sobre el Paraíso de los Padres (del desierto) por Dadisho Qatraya en la Iglesia de Oriente de finales del siglo VII (5).


Hay virtud en ser imperfecto, lo que el autor finalmente realizó a través de las palabras y acciones de Jesús. La práctica constante de la oración, la adoración, la ayuda a los necesitados desde una humildad que reconoce que todos los demás son mejores que tú, es casi perfecta.


 

(1) The Book of Steps: The Syriac Liber Graduum, transl. Robert A. Kitchen & Martien F. G. Parmentier (Kalamazoo, Michigan: Cistercian Publications, 2004).

(2) The Book of Steps, Introduction, ‘Conflict and Transition,’ li-lxi.

(3) The Book of Steps, Mēmrā 30.27, 361.

(4) The Discourses of Philoxenos of Mabbug: A New Translation and Introduction, Robert A.

Kitchen (Collegeville, Minnesota: Cistercian Publications/Liturgical Press, 2013).

(5) Nicholas Sims-Williams, “Dādišo‘ Qatrāyā’s Commentary on the Paradise of the Fathers,” Analecta Bollandiana 112:1-2 (1994) 33-64; and David Phillips, “The Syriac Commentary of Dadisho‘ Qatraya on the Paradise of the Fathers: Towards a Critical Edition,” Bulletin de

l’Académie Belge pour l’Etude des Langues Anciennes et Orientales 1 (2012) 1-23.


 
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