Después del ciclo del Glorioso Nacimiento se abre el ciclo de la Epifanía del Señor, que comienza invariablemente el 6 de enero.

Para la liturgia Maronita, la Epifanía, es el verdadero día de la "manifestación del Señor, en el que se revela el misterio de la Santísima Trinidad y la obra de la Redención.

En este ciclo, la meditación de la Epifanía del Señor abarca entre una y siete semanas. Esto depende del día en que comienza la Cuaresma que, como sabemos, es variable, pues está supeditada al domingo de Pascua de Resurrección.

Después de estas semanas llamadas Domingos de la Epifanía del Señor (sea una o hasta siete), tienen lugar las tres últimas semanas del ciclo, llamadas semanas de la Conmemoración.

Estas tres semanas, que pertenecen en sí al ciclo de la Epifanía del Señor, sirven como cierre de este ciclo y como preparación al ciclo de Cuaresma.

El Primer domingo de estas tres semanas se dedica a la Conmemoración de los Sacerdotes difuntos; el segundo domingo se dedica a la Conmemoración de los justos y rectos, es decir, a la conmemoración de la "Iglesia Triunfante" (tanto los santos canonizados por la Iglesia como aquellos santos no canonizados); y el tercer domingo se refiere a la Conmemoración de los fieles difuntos, por todos los fieles difuntos que aún no han alcanzado la gloria, es decir, por la "Iglesia Purgante".