La liturgia maronita celebra la Presentación del Niño Jesús en el templo al cumplirse el tiempo de la purificación de la madre, o sea a los cuarenta día de haber dado a luz la Santísima Virgen María.

En este día se bendicen las candelas, por lo que se le conoce también como el Día de la Candelaria.

El Evangelio de san Lucas lo narra así:

"Y cumplidos los días de su purificación según la Ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está mandado en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor; y para presentar como ofrenda un par de tórtolas o dos pichones, según lo mandado en la Ley del Señor" (Lc 2, 22-24).