Ambos eran hermanos y sufrieron martirio por orden del emperador Aureliano en 273, aunque también se afirma que murieron en 275. Fueron martirizados en la ciudad fenicia de Ptolemais.

El emperador visitó por casualidad Ptolemais, y entre los que conoció estaba Pablo, que hizo la Señal de la Cruz. Lo arrestaron y lo metieron en la cárcel.

Al día siguiente, cuando lo llevaron a juicio, confesó abiertamente y con audacia su fe en Cristo, por lo que fue sometido a feroces torturas. Juliana, viendo el sufrimiento de su hermano, comenzó a denunciar al emperador por su injusticia y crueldad, por lo que también ella fue sometida a torturas.

Golpearon a los mártires, desgarraron sus cuerpos con ganchos de hierro, los quemaron sobre rejas al rojo vivo, pero no fueron capaces de romper la maravillosa resistencia de los confesores del Señor.

Tres soldados que torturaban a los santos fueron golpeados por el valiente espíritu de los mártires, y ellos a su vez creyeron en Cristo. Estos nuevos elegidos de Dios se llamaron Quadratus, Acacius y Stratonicus, y fueron inmediatamente ejecutados.

El atormentador trató de seducir a Santa Juliana con la promesa de casarse con ella, si renunciaba a Cristo, pero la santa rechazó la oferta y se mantuvo firme. Por orden del emperador la enviaron a un burdel para ser profanada. El Señor también la preservó allí, y cualquiera que intentara tocar a la santa perdió la vista. Entonces el enfurecido emperador ordenó que quemaran de nuevo los cuerpos de los santos. Los que vieron el sufrimiento de los santos comenzaron a murmurar en voz alta, y Aureliano dio órdenes de decapitar a los mártires. Con rostro alegre, el hermano y la hermana fueron a la ejecución cantando: "Porque nos has salvado de los que nos afligían y has avergonzado a los que nos odiaban" (Salmo 43, 7).

Fuente: maronitas.org