Nataniel (o Nathaniel) era un ermitaño en Jabal al-Natrun en el Alto Egipto.

Construyó su ermita y residió en ella y juró que no saldría de ella en toda su vida.

Entonces Satanás comenzó a luchar contra él y a engañarlo con diversos trucos para sacarlo de su ermita, pero lo derrotó rezando y recurriendo a Dios.

Una vez se le acercó con el traje de un niño que conduce un burro llevando un pan. El burro cayó bajo la carga. La noche lo sorprendió en un valle cerca del ermitaño del santo, por lo que comenzó a gritar pidiendo ayuda: «Oh nuestro padre, Nataniel, ven a ayudarme, no sea que los monstruos y este burro me devoren». Entonces el santo miró por su ventana, y con la inspiración de Dios, le respondió: «Si realmente estás angustiado, oh hijo, entonces le pido a Dios que te envíe a alguien que te ayude y te salve de los monstruos. Y si eres un diablo, deja que Dios te avergüence». Inmediatamente el niño y su burro desaparecieron. El santo cerró la puerta de su ermita y se elevó su oración, agradeciendo a Dios por su liberación de las tentaciones del diablo ... y siguió cumpliendo sus votos, perseverando en llamar a Dios y practicando todas las virtudes hasta que se durmió en el Señor (siglo IV).

Fuente: www.maronitas.org