En hebreo, su nombre es Elisha (אֱלִישַׁע), una abreviación de Elishúa, que en español significa "Dios es mi salvación". Eliseo es considerado uno de los «Padres del Carmelo».

Eliseo fue un profeta del Reino del Norte de Israel que estuvo activo durante el reinado de Joram, Jehú, Joacaz y Joás.
Eliseo era hijo de Safat de Abel-meholah; se convirtió en asistente y discípulo de Elías (1 Reyes 19,16–19), y después de que Elías fue llevado al torbellino, fue aceptado como el líder de los hijos de los profetas y se hizo famoso en Israel. Poseía, según su propia petición, "una doble porción" del espíritu de Elías (2 Reyes 2,9); y durante sesenta años (892–832 a. C.) ocupó el cargo de "profeta en Israel" (2 Reyes 5,8). Su nombre aparece por primera vez en el mandato dado a Elías para que lo unja como su sucesor (1 Reyes 19,16).

Después de enterarse, en la cueva del monte Horeb, de que Eliseo, hijo de Safat, había sido elegido por Dios como su sucesor en el oficio profético, Elías se dispuso a dar a conocer la voluntad divina. En su camino del Sinaí a Damasco, Elías encontró a Eliseo "uno de los que araban con doce yuntas de bueyes". Eliseo se demoró sólo lo suficiente para matar la yunta de bueyes, cuya carne coció con la misma madera de su arado. Se acercó a él, arrojó su manto sobre los hombros de Eliseo y de inmediato lo adoptó como hijo, invistiéndolo con el oficio profético. Eliseo aceptó este llamado unos cuatro años antes de la muerte del rey Acab de Israel.

Durante los siguientes siete u ocho años, Eliseo se convirtió en el asistente cercano de Elías hasta que Elías fue llevado al cielo. Durante todos estos años no escuchamos nada de Eliseo excepto en relación con las escenas finales de la vida de Elías. Después de haber compartido esta comida de despedida con su padre, madre y amigos, el Profeta recién elegido "siguió a Elías y lo atendió". (1 Reyes 19,8-21) Fue con su amo de Gilgal a Betel, a Jericó, y de allí al lado oriental del Jordán, cuyas aguas, tocadas por el manto, se dividieron para permitir a ambos pasar por tierra seca. Eliseo entonces fue separado de Elías por un carro de fuego.

Luego vio a Elías llevado por un torbellino al cielo. Por medio del manto que dejó caer Elías, Eliseo cruzó milagrosamente el Jordán, y así obtuvo de los profetas en Jericó el reconocimiento de que "el espíritu de Elías ha reposado sobre Eliseo" (2 Reyes 2,1-15). Se ganó la gratitud del pueblo de Jericó por curar su tierra estéril añadiendo sal a sus aguas.

Cuando un grupo de niños de Betel se burló del profeta por su calvicie, Eliseo los maldijo en el nombre de Dios y dos osas salieron del bosque y mutilaron a 42 de ellos (2 Reyes 2,23–25). Antes de que Elías fuera llevado al torbellino, Eliseo pidió "heredar una doble porción" del espíritu de Elías. Esto es indicativo de las costumbres de herencia de la propiedad de la época, donde el hijo mayor recibía el doble de la herencia del padre que cada uno de los hijos menores. Por ejemplo, si un hombre tenía tres hijos, su propiedad se dividía en cuartos. Cada hijo recibió una cuarta parte, y el mayor recibió dos cuartas partes (el doble que los demás). En este caso con Elías, Eliseo no está pidiendo volverse dos veces más poderoso que Elías, sino que él puede ser visto como el "heredero legítimo" de la obra del Señor que Elías había hecho.

Antes de establecerse en Samaria, el Profeta pasó algún tiempo en el Monte Carmelo (2 Reyes 2,25). Cuando los ejércitos de Judá, Israel y Edom, entonces aliados contra Mesa, el rey moabita, estaban siendo torturados por la sequía en el desierto de Idumea, Eliseo consintió en intervenir. Su doble predicción sobre el alivio de la sequía y la victoria sobre los moabitas se cumplió a la mañana siguiente (2 Reyes 3,4–24).

Fuente: maronitas.org