El evangelista Lucas dice en el primer capítulo, versículo 39, que María partió rápidamente al monte para visitar a su parienta Isabel, que estaba embarazada de Juan Bautista. Entonces María entró en casa de Zacarías, y apenas había saludado a Isabel, cuando el feto se movió en su vientre y ella fue llena del Espíritu Santo, y conoció el secreto de la encarnación divina. Ella gritó: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Cómo puedes venir a mí, Madre de mi Señor?"

Parece que Juan sintió la visita de Jesús, su maestro, y se conmovió de alegría. en el vientre de su madre y fue limpiado del pecado original.

Isabel dijo a María: "Bienaventurada eres, porque has creído lo que te dijo el Señor".

María conocía y creyó el mensaje del ángel a su pariente Isabel.

María cantó este gran himno: "–Proclama mi alma las grandezas del Señor, y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador: porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava; por eso desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones. Porque ha hecho en mí cosas grandes el Todopoderoso, cuyo nombre es Santo” (Lucas 1,46...) Y permaneció María en casa de Zacarías tres meses.


Fuente: maronitas.org