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SINAXARIÓN

DEL CALENDARIO LITÚRGICO MARONITA

k | Noviembre 23

BEATO MIGUEL AGUSTÍN PRO, MÁRTIR (1891-1927)

san dimas el buen ladrón

Hoy es fiesta del Beato P. Miguel Pro, mártir de la Guerra Cristera en México.

Miguel Agustín Pro nació en 1891, en Zacatecas, México, en una familia acomodada. Creció recorriendo las minas y compartiendo con los trabajadores. Tenía un gran sentido del humor y talento para hacer caricaturas.

Cuando sus dos hermanas entraron a la vida religiosa, su madre, al ver que Miguel se sintió muy triste, lo invitó a un retiro y de allí salió decidido a ser sacerdote jesuita.

A sus 20 años ingresó al seminario y con el paso del tiempo, ante la situación cada vez más difícil que vivían los católicos, él y sus compañeros fueron enviados a estudiar a California. Posteriormente partieron a España y fue ordenado sacerdote en 1925.

Cuando retornó a México, encontró un país devastado en el que los cristianos resistían los abusos del gobierno. Entonces inició un trabajo pastoral parecido al de la Iglesia primitiva.

Organizó estaciones ocultas de comunión, que los primeros viernes sobrepasaban los 1200. Se celebraban Misas y adoraciones Eucarísticas secretas, en la que participaban ricos y pobres.

El presidente Calles y la policía buscaban acabar con estas organizaciones. Arrestaban a los líderes y practicantes católicos, los torturaban y mataban. Pero el P. Pro se las ingeniaba para escabullirse.

Un día, mientras la policía lo buscaba por las casas para matarlo, él dictaba conferencias espirituales en un teatro a más de un centenar de muchachas del servicio y ninguna de ellas dijo dónde estaba el presbítero.

Otra ocasión, el P. Pro iba en un taxi y se dio cuenta que lo seguían, entonces pidió al taxista que siga avanzando, mientras él disimuladamente se lanzaba a la calle. Luego se puso a caminar como borracho para despistar a las autoridades, quienes lo reconocieron cuando el Beato ya se les había escapado.

El P. Pro se convirtió en el líder principal del movimiento, que tenía como lema “Viva Cristo Rey”. Por ello, el Presidente Calles lo mandó a arrestar con acusaciones falsas. Finalmente, para evitar que se matara a católicos presos, el sacerdote se entregó.

El 23 de noviembre de 1927 le dijeron que expusiera su último deseo. El P. Pro negó los cargos de complot que se le imputaban, pidió unos momentos para rezar, se arrodilló y, entre otras cosas, dijo: Señor, Tú sabes que soy inocente. Perdono de corazón a mis enemigos".

Antes de ser fusilado, extendió los brazos en cruz con el Santo Rosario en una mano y el crucifijo en la otra. Luego gritó: “¡Viva Cristo Rey!” Le dispararon y cayó por tierra el cuerpo del valiente mártir de la guerra cristera. Fue beatificado por San Juan Pablo II en 1988.

Otros Santos para hoy

SAN CLEMENTE I, PAPA Y MÁRTIR

san dimas el buen ladrón

San Clemente fue el tercer sucesor de San Pedro (después de Lino y Cleto) y gobernó a la Iglesia desde el año 93 hasta el 101.

El año 96 escribió una carta a Los Corintios, que es el documento Papal más antiguo que se conoce (Después de las cartas de San Pedro).

En esa carta da muy hermosos consejos, y recomienda obedecer siempre al Pontífice de Roma (Entre otras cosas dice: "el que se conserva puro no se enorgullezca por ello, porque la pureza es un regalo gratuito de Dios y no una conquista nuestra").

Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea (al sur de Rusia) y condenado a trabajos forzados a picar piedra con otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían: "Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo".

San Ireneo (que vivió en el siglo segundo) dice que Clemente vio a los santos apóstoles Pedro y Pablo y trató con ellos.

Las Actas antiguas añaden que allá en Crimea convirtió a muchísimos paganos y los bautizó. Los obreros de la mina de mármol sufrían mucho por la sed, porque la fuente de agua más cercana estaba a diez kilómetros de distancia. El santo oró con fe y apareció allí muy cerca una fuete de agua cristalina. Esto le dio más fama de santidad y le permitió conseguir muchas conversiones más.

Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo que no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello un hierro pesadísimo. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla.

San Cirilo y San Metodio llevaron a Roma en el año 860 los restos de San Clemente, los cuales fueron recibidos con gran solemnidad en la Ciudad Eterna, y allá se conservan.

Oremos por nuestro actual Pontífice, para que a imitación de San Clemente y los demás Pontífices santos que ha tenido la Iglesia Católica, sepa guiar sabiamente a los que seguimos la santa religión de Cristo.


Fuente: maronitas.org

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