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ABRAHAMES DE CIRO (tb. DE CHARRHAE | DE CARRAS), SAN

Por: Alberto Meouchi-Olivares

San Abrahames de Ciro (ca. 350- ca. 422) fue un ermitaño en Siria, evangelizador en Monte Líbano, y obispo de Carras.
Nació en la antigua Carras (actual Harran, Turquía), una importante ciudad antigua en la Alta Mesopotamia cuyo sitio está cerca de la moderna aldea de Altınbaşak (Turquía), a 44 kilómetros al sureste de la actual ciudad de Sanliurfa –o Urfa–, situada en la región de Anatolia Suroriental (Turquía).

San Teodoreto de Ciro († ca. 458 [o 466]) le dedica el capítulo XVII de su libro Historia de los Monjes de Siria (año 444), y comienza su recuerdo afirmando: “sería una impiedad pasar por alto el recuerdo de Abrahames con la excusa de que, después de la vida solitaria, dio prestigio a una sede episcopal”.

Fue discípulo de san Marón († ca. 410) en Ciro (antigua ciudad ubicada cerca de la actual Nabi Houri, a 70 kilómetros al noreste de Alepo), e imitando el celo apostólico de su maestro, se marchó a Monte Líbano para vivir como ermitaño, llevando la espiritualidad aprendida de san Marón, lo que permitió establecer los cimientos de los maronitas en el Líbano. Por tal hazaña se le dio el epíteto de “El Apóstol del Líbano”.

Durante su estancia en Monte Líbano se estableció en una ciudad que no hay certeza cuál sea, muy probablemente la de Aqoura (عاقورة), y desde ahí trabajo durante tres días como comerciante, ocultando su condición de monje, a fin de ganarse a los fenicios para Cristo. Cuando lo descubrieron casi lo matan, pues era una aldea “cubierta por las tinieblas de la impiedad” en palabras de san Teodoreto, pero al ver su bondad y la forma como los protegió –a pesar de cómo lo habían maltratado– de los recaudadores de impuestos que cobraban sin humanidad, pagándoles, además, los impuestos con la ayuda de unos amigos ricos de él que vivían en Emesa (actual ciudad de Homs, Siria) librándolos del problema, los aldeanos lo acogieron, se convirtieron y le pidieron que se quedara como alcalde, lo cual acepto con la condición de que se construyera una Iglesia. Permaneció ahí cerca de tres años ejerciendo como sacerdote, para luego irse a Afqa (افقا) con el fin de regresar, una vez sembrada la semilla de Cristo en los corazones de todos, a su vida de ermitaño.

Trabajó entre 410 y 420 para la conversión al cristianismo de los fenicios de Jebbet Bsharre (الجبة بشري) y Jebbet Mnaytrat (الجبة منيطرة), y en Afqa (افقا) fundó una comunidad de ermitaños. Afqa (افقا) está en el interior de Byblos, cerca de donde el río Adonis toma su afluente, por lo que a este río se le renombró como نهر ابراهيم (nahr Ibrahim, “río abrahames”) en su memoria.

Posteriormente fue nombrado obispo de Carras (tb. Carrahae), y ejerció su episcopado con excepcional santidad. Murió en Constantinopla ca. del 422 mientras visitaba al emperador Teodosio II (401-450). La familia del emperador que se caracterizó por su piedad y admiración por los monjes, lo acogieron con gran distinción y, cuando se enteraron que había muerte durante su estancia en Constantinopla, el mismo emperador encabezó su funeral y acompañó al cuerpo del santo en todas las honras fúnebres hasta darle cristiana sepultura.

Bibliografía:

TEODORETO de Ciro, Historia de los Monjes de Siria, introducción, traducción y notas de Ramón Teja, Madrid: editorial Trotta, 2008.

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Cómo Citar:

Meouchi-Olivares, A. (2019). Diccionario Enciclopedico Maronita. iCharbel-Editorial.

Sitio web: https://www.maronitas.org




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