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ALEJO (ALEXIS), LEYENDA DE SAN

Por: Alberto Meouchi-Olivares

Antigua leyenda siríaca sobre la vida de san Alejo (tb. Alexis, Alessio, Riscia), cuyo relato más antiguo se remonta al texto griego conservado por Marciano (s. VI) bajo el título de βίος και πολιτεία τοῦ ἀνθρώπου τοῦ θεοῦ ᾽αλλεξίου (bios kai politeía tou anthrópou tou theou allexéou) “Vida y obra del hombre de Dios”. La mayoría de los estudiosos consideran que su origen es siríaco, aunque hay opiniones que proponen un posible origen griego (Rösler, 1949).

Esta leyenda ha adoptado, en el curso del tiempo, diversas formas y matices. El de Marciano(s. VI) refiere llanamente que “un joven” (anónimo) a punto de contraer matrimonio desiste a la boda y abandona su casa paterna en Roma y se traslada a vivir a Edesa en penitencia, orando y pidiendo limosna frente a la “iglesia de Nuestra Señora” (construida después del año 489). En sueños, al sacristán de la iglesia, se le descubre al mendigo, al cual intenta, en vano, invitar a vivir con él. El joven sigue en su vida mendicante, y, un día, al enfermar, se le traslada al hospital y, poco después, muere. Es enterrado y el sacristán cuenta lo acontecido al “obispo de Edesa” (anónimo).

En el año 584 hay un texto con una leyenda similar, pero aumentada, escrita en siríaco (no en griego) en la cual al santo se le da el nombre de san Riscia (Bibliothèque des Hautes Ètudes, LXXIX, 1889). Si se trata del mismo joven, el santo sería del siglo VI. Sin embargo, en esta versión se añade además que, poco después del entierro, ya no se encontró su cadáver en la sepultura, el cual desapareció milagrosamente, y el sacristán cuenta lo acontecido “al obispo Rabbula” [ca. 350 - ca. 435). Con esto se dificulta la leyenda debido a que el orden cronológico no coincide entre la fecha en qué murió el obispo (ca. 435) y la fecha en la que se construyó la iglesia de Nuestra Señora (posterior al año 489).

En el siglo VII Edesa fue conquistada por los persas; y esto pudiera explicar el porqué la leyenda se fusionó con otra leyenda bizantina de la vida de un joven que vivía en Constantinopla llamado Juan Cabilita. Así la leyenda de san Alejo quedó adornada con más detalles que dieron emotividad al relato, como el hecho de que el joven regresó a su casa paterna y su madre lo reconoció hasta que, agonizando en el lecho de muerte, le mostró un devocionario que ella misma le había regalado.

Siguen después más añadidos en arameo (siríaco) a la leyenda –un tanto exagerados, y que no se sabe con certeza cuándo se redactaron estos añadidos–: como de hacer resucitar al joven y hacerlo volver a su casa; o que el joven, al ser descubierto por el sacristán quien resaltaba sus virtudes por la devoción que le profesaba, decide huir para que no lo reconozcan, primero a Tarso –a la iglesia de san Pablo–, para luego, regresar a Roma –a la casa de sus padres, pero sin decir que era su hijo–, viviendo debajo de unas escaleras de la casa como ayudante en las obras de caridad que sus padres realizaban para los pobres, enfermos y necesitados.

Hay, además, una versión en verso y varias en prosa: el himno de Josefo (s. IX) –insertado en uno de los cantos de alabanza a la Virgen– y en los sinaxarion. Fue en el himno de Josefo donde al joven se le dió el nombre de Alejo (Alexis), con el que se le conoce hasta la fecha.

Existen más inconsistencias en esta leyenda, como en la generalidad de las leyendas en sí, pero el verdadero san Alejo y las demás vidas santas que se fusionan en él, fueron hombres (cada uno en su época y lugar) que brillaron tanto por sus obras caritativas, como por sus actos de penitencia y piedad, su pobreza y humildad, virtudes, todas, que fueron objeto de recreaciones varias en la literatura cristiana para motivar su imitación.

Bibliografía:

GOMÉZ SÁNCHEZ-FERRER, Guillermo, «Los viajes de san Alejo: de Roma al cielo», en PEDRAZA JIMÉNEZ, Felipe B. y otros (eds.), Europa (historia y mito) en la Comedia Española, XXXIII Jornadas de Teatro Clásico, 6, 7 y 8 de junio de 2010, Almagro: Servicios de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2012, 227; RÖSLER, Margarete, «Versiones españolas de la leyenda de san Alejo», en Nueva Revista de Filología Hispánica, año 3, número 4, México: editada por el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México, 1949, 329-352. [RÖSLER cita en su articulo: para Marciano: ZRPh, LIII, 1933, págs. 508 y sigs., de acuerdo con el Códice Veneciano VII , 33, fols. 177 r°-179 r°; y a la Bibliothèque des Hautes Études, LXXIX, 1889, con traducción francesa e introducción de A. Amiaud; para Leyenda Bizantina de Calibita: Acta Sanctorum, Jul. IV, págs. 1031 y sigs.; para Himno de Josefo: traducción latina, Acta Sanctorum, 17 de julio, IV. Los textos griegos están reproducidos con los Menologia].

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Cómo Citar:

Meouchi-Olivares, A. (2019). Diccionario Enciclopedico Maronita. Chihuahua (Mexico): iCharbel.editorial 

Sitio web: https://www.maronitas.org




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