La Bibliotheca Orientalis (“Biblioteca del Oriente” en latín) es la colección de manuscritos siríacos existentes en la Biblioteca Vaticana. Esta monumental bibliografía siríaca fue recolectada practicante en su totalidad por el obispo maronita José Simón Assemani (1687-1768).

Entre 1715 y 1717 J. S. Assemani realizó una expedición a Egipto y Siria por encargo del papa Clemente XI (fl. 1700-1721) para la recolección de todos los manuscritos que pudiera encontrar por allá. Desafortunadamente a su regreso a Roma, en 1717, el barco en que navegaba naufragó a consecuencia de una tremenda tormenta, y muchos manuscritos maronitas se perdieron en el Mediterráneo, pero aún así logró reunir más de 150 manuscritos que se colocaron en la Biblioteca Vaticana.

José Simón Assemani fue uno de los eruditos libaneses más brillantes que han estudiado en Roma, y tuvo un profundo impacto en el campo de los estudios orientales en Europa en el siglo XVIII. Assemani fue nombrado en 1737 prefecto de la Biblioteca Vaticana por el papa Clemente XIII (fl. 1758-1769), y así pudo dedicar los 31 años finales de su vida a llevar a cabo un extenso plan para editar y publicar los manuscritos sirios, árabes, etíopes, armenios, persas, hebreos y griegos más valiosos que se conservan en la Biblioteca del Vaticano; además de realizar diversas publicaciones sobre una amplia gama de temas orientales.
Assemani tenía la intención de publicar la recopilación de estos manuscritos en veinte volúmenes, de los cuales seis debían cubrir lenguas orientales, cuatro en griego y los últimos diez volúmenes las lenguas restantes, pero solo pudo terminar tres volúmenes antes de su muerte († 1768). Su trabajo lo continúo otro miembro de la familia Assemani, Esteban Awed Assemani (1709-1782), quien catalogó los manuscritos en la Biblioteca del Vaticano y en otras bibliotecas en Italia que completaron esta colección vaticana.

En 1768 la casa donde vivía Assemani sufrió un incendio y se quemó casi completamente la obra, aunque existían ya publicaciones y copias por lo que se pudo rescatar su contenido.

La Biblioteca del Oriente recibe el nombre completo en latín de Bibliotheca Orientalis Clementino-Vaticana, por ser los citados papa Clemente XII y Clemente XIII quienes auspiciaron esta colección.