La Crónica de Edesa es un registro anónimo de mediado del siglo VI escrito en arameo, con unos 106 registros (o entradas) que comienzan, en su mayoría indicando la fecha (v.gr.: “En el año 180 comenzaron los reyes a gobernar en Edesa” | “El año 614, en los días del rey Diocleciano, se derribaron por segunda vezlos muros de Edesa | et. al. ).

Se conserva en 6 folios, probablemente del siglo VII, en el manuscrito Vat. Syr. 163 y lleva el título de ܬܰܫ̈ܥܺܝܬܶܐ ܕܣܽܘܥܪ̈ܳܢܶܐ ܐܰܝܟ݂ ܕܰܒܦ݁ܳܣܺܝ̈ܩܳܬܳܐ, tash’ite d-su’rne ayk da-bposyqoto, “Historias de Eventos a modo de Resumen”).

José Simón Assemani (1687-1768) reasaltó la importancia de ese documento y lo incluyó en su Bibliotheca Orientalis en el volumen I (1719), 387-417.

La Crónica de Edesa cubre el período desde la fundación del reino de Osrhoene en 133/132 a. C. hasta 540, pero se registran pocos eventos antes del siglo III. La Crónica de Edesa comienza con un registro de una inundación del río Daiṣan (históricamente conocido como río Σκίρτος [skirtos], que en su época fluía por Edesa) durante el reinado de Abgar VIII en noviembre de 201 que dañó el edificio de una iglesia cristiana en Edesa. Esta es la primera mención de un edificio dedicado exclusivamente al culto cristiano, así como uno de los pocos registros del cristianismo en Edesa en este momento. A diferencia de otra literatura siríaca de la época, la Crónica de Edesa no contiene ninguna mención a la legendaria leyenda del apóstol Tadeo.

El manuscrito existente de la Crónica de Edesa (Vat. Syr. 163) puede haberse basado en una crónica más larga, por ahora perdida; y esta posible crónica larga, en lugar de este resumen, puede haber sido la fuente de varias crónicas siríacas posteriores.