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SINAXARIÓN
DEL CALENDARIO LITÚRGICO MARONITA

b | Febrero 18

SAN LEÓN II, PAPA Y CONFESOR (682-683) | SAN MALAQUÍAS, PROFETA

san dimas el buen ladrón

SAN LEON II

Papa (682-83), fecha de nacimiento desconocida; m. 28 de junio de 683. Era siciliano e hijo de un tal Pablo. Aunque fue elegido papa pocos días después de la muerte de San Agatón (10 de junio de 681), no fue consagrado hasta transcurrido un año y siete meses (17 de agosto de 682). Bajo el predecesor de León, San Agatho, se habían abierto negociaciones entre la Santa Sede y el emperador Constantino Pogonato sobre las relaciones de la corte bizantina con las elecciones papales. Constantino ya había prometido a Agatho abolir o reducir el impuesto que durante cerca de un siglo los papas habían tenido que pagar al tesoro imperial con motivo de su consagración, y bajo el sucesor de León introdujo otros cambios en lo que hasta entonces se había exigido a la Iglesia romana en el momento de una elección papal. Con toda probabilidad, por tanto, fue la continua correspondencia sobre este asunto lo que causó el retraso de la confirmación imperial de la elección de León, y de ahí el largo aplazamiento de su consagración. El acto más importante realizado por León en su breve pontificado fue su confirmación de las actas del Sexto Concilio Oecuménico (680-1). Este concilio se había celebrado en Constantinopla contra los monotelitas y había sido presidido por los legados del papa Agatho. Después de que León notificara al emperador que los decretos del concilio habían sido confirmados por él, procedió a darlos a conocer a las naciones de Occidente. Han llegado hasta nosotros las cartas que envió con este fin al rey y a los obispos y nobles de España. En ellas explicaba lo que el concilio había llevado a cabo y exhortaba a los obispos a suscribir sus decretos. Al mismo tiempo, se esforzó en dejar claro que al condenar a su predecesor Honorio I, no lo hizo porque enseñara la herejía, sino porque no fue lo suficientemente activo en oponerse a ella. De acuerdo con el mandato papal, se celebró un sínodo en Toledo (684) en el que se aceptó el Concilio de Constantinopla.

El hecho de que Rávena hubiera sido durante mucho tiempo la residencia de los emperadores o de sus representantes, los exarcas, había despertado la ambición de sus arzobispos. Aspiraban a los privilegios de los patriarcas y deseaban ser autocéfalos, es decir, libres de la jurisdicción directa del papa, considerado como su primado. Como no lograron inducir a los papas a acceder a sus deseos, intentaron conseguirlo mediante un decreto imperial que los reconociera como autocéfalos. Pero esto no resultó suficiente para permitir a los arzobispos llevar a cabo su propósito, y León obtuvo de Constantino Pogonato la revocación del edicto de Constans. Por su parte, sin embargo, León abolió el impuesto que los arzobispos habían estado acostumbrados a pagar cuando recibían el palio. Y aunque insistió en que los arzobispos electos debían acudir a Roma para ser consagrados, consintió en el acuerdo de que no estuvieran obligados a permanecer en Roma más de ocho días en el momento de su consagración, y que, aunque no estuvieran obligados a acudir ellos mismos de nuevo a Roma para ofrecer su homenaje al papa, enviaran cada año a un delegado para que lo hiciera en su nombre. Tal vez porque temía que los lombardos volvieran a asolar las catacumbas, León trasladó desde allí muchas de las reliquias de los mártires a una iglesia que construyó para recibirlas.

Fuente: Liber Pontificalis, ed. DUCHESNE, I (Paris, 1886), 359 sqq.; VILLANUNO, Summa Concil. Hispaniae, I (Barcelona, 1850), 310 sq.; Acta SS., June, V, 375 sqq.; MANN, Lives of the Popes, I (London, 1902), pt. II, 49 sqq.
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SAN MALQUIAS

Malaquías (en hebreo: מַלְאָכִי; en hebreo moderno: Mal'akhi; en hebreo tiberiano: Malʼāḵî) fue un profeta judío cuyas revelaciones constituyen el Libro de Malaquías, común al Antiguo Testamento de la Biblia cristiana y a la Tanaj hebrea.

Malaquías (מַלְאָכִי, Malʾaḫi, Mál'akhî) "mi mensajero", es el último de los 3 profetas del exilio, casi 100 años después de Hageo y Zacarías, en el 450 a. C. Es el autor del libro de Malaquías, último del Antiguo Testamento según el orden habitual de las Biblias.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Malaqu%C3%ADas_(profeta)

Otros Santos para hoy

B. JUAN DA FIESOLE (B. ANGÉLICO), SACERDOTE DOMINICO (♰ 1455)

san dimas el buen ladrón

“Quien hace las cosas de Cristo, debe vivir con Cristo siempre”. Esto repetía frecuentemente fray Juan da Fiesole, cuyo nombre como laico era Guido di Pietro, pero hoy es más conocido como el Beato Angélico. Una convicción del pintor era que toda acción humana debía estar orientada a Dios. También el arte de la pintura, que era el abundante carisma del cual gozaba, fue entendido por él como una expresión de la experiencia contemplativa, instrumento de alabanza y de elevación del corazón y de la mente a las realidades evangélicas. Nació en Vicchio del Mugello en Toscana a finales del siglo XIV, desde joven mostró una especial predisposición para el dibujo y la miniatura. Insistente se hizo en el ánimo del joven ese anhelo por lo bello, que en un primer momento lo había llevado a seguir su innato talento artístico, y que con el pasar de los años lo llevó a percibir una clara llamada a consagrar su vida a Dios mismo, a aquel que es la Belleza suma.

La pintura como oración

Junto a su hermano Benedicto entró al convento dominico de Fiesole: oración, estudio y austeridad afinaron su espíritu y el pincel de Fray Juan conduciéndolo a traducir en imágenes llenas de humanidad y misticismo el fruto de su oracion profundamente afectuosa y contemplativa. Pinturas de Crucifixiones, Vírgenes, Anunciaciones vibrantes de luz fueron expresiones de un alma que en simplicidad evangélica, a través de un humilde, disciplinado trabajo de taller, supo vivir con los pies sobre la tierra y con el corazón en el cielo. Se narra que pintaba en actitud de adoración por los misterios que representaba y no iniciaba jamás una pintura sin haber antes orado, conmoviéndose cuanto reproducía al Cristo en la cruz.

Síntesis entre Humanismo y fe

En el Angélico, así lo llamó por primera vez Fray Domingo da Corella en 1469, no hay más antítesis entre humanidad y divinidad, cuerpo y espíritu, fe y razón: la dulzura, la gracia, la bienaventuranza de las figuras nacidas sin titubeos de su pincel revelaban una perfecta unión entre humanismo y religiosidad. De hecho, Vasari escribió que “tenía por costumbre no retocar alguna pintura (…) pues pensaba que esa fuera la voluntad de Dios”. En el Beato Angélico se realizó una íntima síntesis entre el rigor de la perspectiva, la atención renacimental a la figura humana, y la tradición medieval que tenía entre sus postulados la función didáctica del arte y el valor místico de la luz. Testimonios de la pureza del arte de Juan de Fiesole son los frescos (1438 – 1445) en el convento de San Marcos en Florencia: evangelización y catequesis por imágenes, que, en grandeza natural inspiran una intensa y profunda contemplación de la Pasión y Muerte de Cristo. La fama de estas pinturas inspiró a Eugenio IV a llamar al dominico a pintar en el Vaticano una capilla en la antigua Basílica de San Pedro, luego destruida. Se narra también que el sucesor, Nicoló V no pudo contener las lágrimas, en 1449, al lado de los frescos con las historias de los santos Lorenzo y Esteban, encargados al fraile en la capilla privada del Palacio Apostólico. En Orvieto, en la Catedral, con Benozzo Gozzoli, Fray Angélico dejó testimonio de su arte en la cúpula de la Capilla de San Brizio.

Patrono de los artistas

Entre 1448 y 1450 fue nombrado prior de San Domingo en Fiesole, un rol que asumió con humildad y espíritu de servicio. “Si hubiera querido – recordaba todavía Vasari – hubiera podido vivir en modo muy próspero y haberse hecho rico gracias a su arte”, pero rechazó siempre el poder, la riqueza y la fama, incluso cuando, sin dudar un momento, rechazó la sede episcopal de Florencia que le propuso el Papa Parentucelli. Murió el 18 de febrero de 1455 en el convento de Santa María sopra Minerva en Roma. En la antigua Basílica se encuentran todavía sus restos mortales y son muchos los peregrinos que cada año van a orar ante su tumba. Fue san Juan Pablo II quien le concedió el culto litúrgico como “beato” el 2 de octubre de 1982. Así reconoció oficialmente su fama de santidad testimoniada durante muchos siglos. En 1984, el mismo Juan Pablo II lo proclamó Patrono Universal de los Artistas.

Fuente: VaticanNews

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