SINAXARIÓN
DEL CALENDARIO LITÚRGICO MARONITA
h | Agosto 22
FIESTA DE SANTA MARÍA REINA
La Virgen María es la Reina del universo, quien dio a luz al Hijo de Dios, Príncipe de la Paz, cuyo reino no tiene fin
La Fiesta de Santa María Virgen, Reina del universo es un título dado a la Virgen María, madre de Jesús, como consecuencia del Primer Concilio de Éfeso en el siglo V, en la que María fue proclamada "Theotokos", título que se traduce en latín como Mater Dei o Madre de Dios. "La Virgen Inmaculada ... asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial fue ensalzada por el Señor como Reina universal, con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte". (Conc. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, n.59).
22 de agosto es el memoria de la Bienaventurada Virgen María, la Reina, que dio a luz al Hijo de Dios, Príncipe de la Paz, cuyo reino no tiene fin, y es recibida por los cristianos como la Reina del Cielo y la Madre de la Misericordia.
La Fiesta de María, Reina del Universo, fue instituida por Pío XII. Se celebra ahora en la octava de la Asunción para manifestar la conexión entre la realeza de María y su asunción a los cielos.
Pío XII en 1954, instituyó la fiesta Litúrgica del Reinado de María al coronar a la Virgen en Santa María la Mayor, Roma.
En esta ocasión el Papa también promulgó el documento principal del Magisterio acerca de la dignidad y realeza de Maria, la Encíclica Ad coeli Reginam (Oct 11, 1954).
El pueblo cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de reyes y Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. Es El quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles.
San Juan Pablo II, el 23 de julio del 1997, habló sobre la Virgen como Reina del universo. Recordó que "a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen "Madre de Dios", se comienza a atribuir a María el título de Reina.
El pueblo cristiano, con este ulterior reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del mundo entero.
El Santo Padre, San Juan Pablo II, explicó en esa misma fecha lo siguiente:
"El título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. (...)
Los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial en Aquella que es madre en el orden de la gracia.
La Asunción favorece la plena comunión de María no sólo con Cristo, sino con cada uno de nosotros. Ella está junto a nosotros porque su estado glorioso le permite seguirnos en nuestro cotidiano itinerario terreno. (...). Ella conoce todo lo que sucede en nuestra existencia y nos sostiene con amor materno en las pruebas de la vida".
Si bien todos reinaremos con Cristo, María Santísima participa de Su reinado de una forma singular y preeminente.
Esto significa que Dios le ha otorgado Su poder para reinar sobre todos los hombres y los ángeles, y para vencer a Satanás.
Fuente: maronitas.org
Otros Santos para hoy
SAN SINFORIANO, MÁRTIR (♰ s. III/IV)
San Sinforiano fue martirizado en Autun, en el siglo II o III. La ciudad de Autun era una de las más antiguas y famosas de la Galia. En la época a la que nos referimos, se practicaba intensamente en dicha ciudad el culto de Berecintia (Cibeles), Apolo y Diana. En determinado día del año, se transportaba con gran pompa la estatua de Cibeles sobre un carro, por toda la ciudad.
En una de esas procesiones, Sinforiano faltó al respeto a la imagen y fue apresado por la multitud y conducido ante Heraclio, el gobernador de la provincia. Heraclio le preguntó por qué se rehusaba a venerar la imagen de la madre de los dioses. El santo respondió que era cristiano y sólo adoraba al verdadero Dios; manifestó además que, si tuviese un martillo entre las manos, destruiría la estatua. El juez consideró esta respuesta como un acto de impiedad y rebelión y preguntó a los presentes si Sinforiano era ciudadano de Autun. Uno de ellos respondió: "Sí, pertenece a una noble familia de la ciudad". El juez dijo entonces a Sinforiano: "Tal vez te portas así pensando que tu linaje te protege, o quizá ignoras las órdenes del emperador". En seguida ordenó que se diese lectura al edicto imperial, y dijo al mártir: "¿Qué respondes a esto, Sinforiano?" El mártir volvió a manifestar su desprecio por el ídolo, y el juez le mandó apalear y encarcelar.
Más tarde, Sinforíano compareció de nuevo ante el tribunal y se mostró tan firme como la primera vez. Heraclio le condenó a morir por la espada por haber traicionado a los dioses y a los hombres. Cuando Sinforiano se dirigía al sitio de la ejecución, recogen las "Actas" que su madre, que estaba junto a la muralla de la ciudad para verle pasar, le gritó: «Hijo, hijo, Sinforiano, pon tu pensamiento en Dios vivo. no podemos temer la muerte, que conduce sin duda a la vida. Mantén el corazón en alto, hijo, mira a aquel que reina en los cielos. Hoy no se te quita la vida, sino que se te cambia por una mejor. Hoy, hijo, migrarás, por feliz intercambio a una vida superior.»
El santo fue decapitado. Su cadáver fue sepultado en una cueva, cerca de una fuente. A mediados del siglo V, San Eufronio, obispo de Autun, construyó allí una iglesia en su honor.
Fuente: maronitas.org