SINAXARIÓN
DEL CALENDARIO LITÚRGICO MARONITA
i | Septiembre 30
LOS DESPOSORIOS DE LA VIRGEN MARÍA CON SAN JOSÉ
El matrimonio judío tenía dos momentos: desposorio y matrimonio propiamente dicho. Primero se celebraba el desposorio (verdadero matrimonio), y solo después de un cierto período, el esposo introducía a la esposa en su casa.
Los Evangelios hacen aparecer a María cuando narran la concepción de Jesús. Según lo que narran se puede ver que María en ese momento era prometida de José de Nazaret, quien era carpintero.
Los relatos evangélicos se inician después de los desposorios de María con San José. El Evangelio según san Lucas dedica dos capítulos a la concepción e infancia de Jesús. Es en Lucas también donde es llamada “Llena de gracia”, “Bendita entre las mujeres”, “Madre del Señor”…
Dice el en Evangelio de San Mateo, Capítulo Uno:
"Cuando María estaba desposada con José, y antes de que conviviesen se encontró con que había concebido en su seno por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería exponerla a infamia, pensó repudiarla en secreto".
El compromiso entre los judíos se consideraba un contrato real con los mismos derechos y deberes que el matrimonio.
Por lo tanto, no pueden separarse excepto por divorcio.
María estaba comprometida con José. Sus padres lo eligieron porque sabían que era “justo” y tenía un estatus honorable en su comunidad.
Tenía una profesión que proporciona el sustento a la familia. Este David no era menos justo que el sacerdote Zacarías.
Así, María aceptó voluntariamente su matrimonio con José.
Cuando María dio señales de embarazo, José se turbó y pensó en ello hasta que un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
–José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que en ella ha sido concebido es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Vivió con la Virgen María, virgen, con amor, humildad y fe.
Que Dios nos conceda su intercesión. ¡Amén!
Fuente: maronitas.org
Otros Santos para hoy
SAN JERÓNIMO, SACERDOTE Y DOCTOR DE LA IGLESIA
Memoria de san Jerónimo en la liturgia Maronita el 3 de Julio (nota: el calendario litúrgico de la iglesia latina lo celebra el 30 de septiembre).
Traductor de la Biblia y Doctor de la Iglesia.
"Ama la sagrada Escritura, y la sabiduría te amará; ámala tiernamente, y te custodiará; hónrala y recibirás sus caricias”, solía decir San Jerónimo, traductor de la Biblia al latín y cuya fiesta se celebra cada 30 de septiembre.
San Jerónimo nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340. Estudió en Roma y allí fue bautizado. Vivió la vida ascética y luego partió para el Oriente, donde fue ordenado presbítero. Retorna a Roma y sirvió como secretario del Papa Dámaso. De aquí que algunos artistas lo representen con ropajes como de un cardenal.
En esos años empezó la traducción al latín de la Biblia que fue llamada la “Vulgata” (de “vulgata editio”, “edición para el pueblo”) y que se convirtió en el texto bíblico oficial de la Iglesia Católica por mucho tiempo.
Más adelante se va a vivir en Belén, donde trabajó por el bien de la Iglesia y ayudando a los necesitados. Es autor de una gran cantidad de obras, en especial de comentarios de la Sagrada Escritura.
Se cuenta que una noche de Navidad, después de que los fieles se fueron de la gruta de Belén, el Santo se quedó allí solo rezando y le pareció que el Niño Jesús le decía: "Jerónimo ¿qué me vas a regalar en mi cumpleaños?". Él respondió: "Señor te regalo mi salud, mi fama, mi honor, para que dispongas de todo como mejor te parezca". El Niño Jesús añadió: "¿Y ya no me regalas nada más?".
“Oh mi amado Salvador - exclamó el anciano - por ti repartí ya mis bienes entre los pobres. Por ti he dedicado mi tiempo a estudiar las Sagradas Escrituras... ¿qué más te puedo regalar? Si quisieras, te daría mi cuerpo para que lo quemaras en una hoguera y así poder desgastarme todo por Ti". El Divino Niño le dijo: "Jerónimo: regálame tus pecados para perdonártelos".
El santo al oír esto se echó a llorar de emoción y exclamaba: "¡Loco tienes que estar de amor, cuando me pides esto!". Y se dio cuenta de que lo que más deseaba Dios que le ofrezcamos los pecadores es un corazón humillado y arrepentido, que le pide perdón por las faltas cometidas.
Retornó a la Casa del Padre el 30 de septiembre del 420 y su fiesta litúrgica es una de las razones por las que en este mes se pone énfasis en la Iglesia para profundizar en el amor a la Biblia.
El Papa Benedicto XVI, en su audiencia general del 7 de noviembre de 2007 dijo: “Concluyo con unas palabras que San Jerónimo dirigió a San Paulino de Nola. En ellas, el gran exegeta expresa precisamente esta realidad, es decir, que en la palabra de Dios recibimos la eternidad, la vida eterna. Dice San Jerónimo: ‘Tratemos de aprender en la tierra las verdades cuya consistencia permanecerá también en el cielo’”.