Más que de un panteón unificado, se trata de un conjunto de panteones modelados según un modelo único, dando lugar a asociaciones de divinidades con nombres dobles. Cada ciudad-Estado tenía su propio Baal (señor) o versión femenina llamada Baalat. Estas tradiciones continuaron en la época helenística en Fenicia, y hasta el siglo V de la era cristiana en el Monte Líbano.

Por: Dr. Amine Jules Iskandar
Syriac Maronite Union-Tur Levnon
Asociado de maronitas.org
Escrito para Ici Beyrouth
Publicado el 21 de abril de 2023
Pocas culturas se han asimilado tanto en la religión, cosmogonía y mitología como en las fenicias y griegas. No fue hasta el sincretismo grecorromano cuando se apreciaron más complementariedades. Fenicia ya había experimentado este fenómeno fusional un milenio antes con la civilización del Nilo. Se había expresado en las artes y en la mitología, personificada por la leyenda de Isis y Osiris.

El rapto de Europa
La historia greco-fenicia también tiene su leyenda con el «rapto de Europa», la princesa fenicia que dio nombre al continente. Mientras paseaba por la playa, Zeus, seducido por su belleza, se transformó en un toro alado para raptarla y llevársela a Creta. Su padre, Agenor, rey de Tiro, envió inmediatamente a sus tres hijos a buscarla. Fénix es considerado el antepasado de los fenicios, Cilix el antepasado de los cilicios y Cadmo el fundador de Cadmea en Tebas, en Beocia. Este último se llevó consigo el alfabeto, que enseñó a los futuros europeos.
De los amores entre Europa y Zeus nació Minos, el rey de Creta. La princesa fenicia se casó más tarde con Asterión, rey de Creta, que adoptó a los hijos que había tenido de Zeus, entre ellos Minos. Este último heredaría el trono cretense. Este relato mitológico nos dice mucho sobre el lugar que ocupaba Fenicia en el imaginario occidental.
Hipóstasis y asociaciones de divinidades
Las ciudades-Estado fenicias tenían todas la misma cultura, lengua y religión. Sin embargo, cada una tenía sus propias manifestaciones de la divinidad. Más que de un panteón unificado, se trata de un conjunto de panteones modelados según un modelo único, lo que da lugar a asociaciones de divinidades con nombres dobles. Para Cartago, Tanit no era otra que Astarte, diosa de la fertilidad. Para algunos, Tammuz no era otra cosa que la hipóstasis de Adonis. Melkart, el dios de la curación de Tiro, era el equivalente del Echmoun de Sidón, asociado a Asclepio, la encarnación griega de la medicina.
Por su proximidad a las ciudades griegas de Chipre, encontramos en la ciudad fenicia de Kition (actual Larnaca) un sincretismo entre Astarte y Afrodita, y entre Rechef y Apolo. En la ciudad etrusca de Pyrgi, Astarte estaba asociada a la diosa Uni.

Baal y Baalat
Cada ciudad tenía su propio Baal (señor). Baal Sidón dominaba el panteón sidonio con Echmoun y Astarte. Baal Har-Levanon era el señor del Monte Líbano, y Baal Marqot el señor de la tormenta y la danza, que residía en el templo de Beit-Merre. Cartago honraba a Baal Hammon con Tanit. En Biblos, Baal Chamim, señor del cielo, ilustra la asociación de estas divinidades con la naturaleza y el cosmos, expresada también en la cosmogonía fenicia de Sanchoniathon. Baal Berytos, vinculado al mar, se identifica con Poseidón, cuya representación adoptará en el siglo II a.C. al armarse con el tridente.
El impacto de la religión fenicia en la cuenca mediterránea queda de manifiesto en múltiples inscripciones como la de un alto dignatario chipriota del siglo VIII a.C. Se dirige a su «señor, el Baal del Líbano» en lengua fenicia presentándose como «gobernador de Qarthadacht»(probablemente Kition) y «servidor del rey Hiram de Sidón».
La versión femenina se denomina Baalat (Dama), la más famosa de las cuales, y cabeza del panteón giblita, era Baalat Gebal (la Dama de Biblos) honrada por el rey Yehawmilk. Era tanto una manifestación de Astarte como una reminiscencia de la diosa egipcia Hathor.