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MENSAJE DE NAVIDAD 2020 DEL PATRIARCA MARONITA

Su Beatitud Bechara Pedro cardenal Rai

Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente


Publicación y traducción al español por Maronitas.org con autorización de Mons. Georges Saad Abi-Younes, Eparca Maronita de México y cortesía del Patriarcado Maronita.

Patriarca Maronita. Crédito de la foto: Bkerki.org
 

BKERKE, JUEVES 24 DE DICIEMBRE DE 2020


“El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz” (Is 9, 1)


Queridos hermanos,


Santos abades y abadesas generales,


Padres, monjes y monjas,


Queridos hermanos y hermanas del Líbano, en el territorio patriarcal y en los países de expansión,


Amados todos,


¡Cristo ha nacido! ¡Aleluya!


Me complace saludarlos a todos, y les expreso mis más sinceras felicitaciones y mis más nobles deseos por una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo 2021, y les envío un cordial saludo a los abades y abadesas generales, regionales y locales, agradeciéndoles por mantener esta tradición anual, a pesar de la pandemia del coronavirus, de rezar juntos y de intercambiar felicitaciones por las fiestas navideñas. Le agradezco las amables palabras que expresó en su nombre el santo abad Nehmah Allah el Hashem.


Le pedimos a Dios que bendiga a sus monasterios y asociaciones, santifique a sus miembros, y que tenga misericordia de nosotros, para que sane a los afectados por la epidemia del coronavirus, elimine esta epidemia con Su poder divino y restaure a la tierra su vida normal.


1. El Verbo Divino, el más radiante que el sol, en el corazón de la noche, encarnado en la Virgen por el poder del Espíritu Santo nació Niño como el Hijo del Hombre, que es Jesús, la Luz del Mundo. El profeta Isaías había profetizado acerca de él hace setecientos años, diciendo: “El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz” (Isaías 9, 1). Esto significa que la luz de Cristo es más fuerte que toda oscuridad, tal como el apóstol Juan presentó su evangelio: “y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron” (Juan , 5).


2. ¡Cuántas tinieblas nos rodean y constriñen los corazones humanos, pero la luz de Cristo es más fuerte! ¡Qué oscuras son las relaciones personales, familiares y sociales, pero la luz de Cristo es más fuerte! ¡Cuántos conflictos políticos, económicos, geopolíticos y ambientales hay, pero la luz de Cristo es más fuerte! ¡Cuántas tinieblas financieras y existenciales, pobreza y miseria, pero la luz de Cristo y los testigos de su amor son más fuertes! ¡Cuán oscura es la desesperación y la desesperanza entre nuestra juventud y nuestras fuerzas vivas, pero la luz de la firmeza en Cristo es más fuerte!


3. En su encíclica “Todos somos hermanos («Fratelli tutti») firmada el 3 de octubre de 2020 en la tumba de San Francisco de Asís, en la víspera de su fiesta, Su Santidad el Papa Francisco en su primer capítulo, repasó las tinieblas que hoy envuelven el mundo bajo el título: “Sombras de un mundo cerrado” y las enumeró en diez puntos, por citar alguno de entre ellos:

  • Sueños que se rompen en pedazos ante las fuerzas de intereses políticos y económicos privados, que prueban que la historia retrocede.

  • Fin de la conciencia histórica, que desprecia el pasado, bajo el peso de ideologías multicolores que se arrastran hacia otro futuro, y manipulan grandes expresiones y distorsionan su significado, como la libertad, la democracia, la justicia y la unidad. Estos son nuevos tipos de colonialismo cultural.

  • La política pierde la justificación de su existencia cuando se utiliza para controlar, sembrar desesperación, provocar ira y confianza, y pierde su papel de discusión sólida sobre proyectos a largo plazo destinados a desarrollar el bien común. Esto conduce a un conflicto de intereses que pone a todos contra todos.

  • El descarte mundial de partes de la humanidad, como si sacrificarlas estuviera disponible, a favor de grupos de personas que quieren el lujo de vivir sin fronteras. Entre estos, las partes son: los pobres, los discapacitados, el feto, los niños por nacer y los ancianos. De esta forma, se viola la declaración de derechos humanos.

  • Conflicto y miedo, guerras y luchas que minan los cimientos de la fraternidad humana escritos en la vocación de la familia humana. Ha culminado en la cultura de construir muros en el suelo y en los corazones.

  • Globalización y progreso sin un rumbo común, los diversos avances tecnológicos y el retroceso en la moral que rige el comportamiento internacional, y en los valores espirituales y el sentido de responsabilidad, y el sueño de construir la justicia y la paz se ha alejado.

  • La pandemia del coronavirus y otros flagelos de la historia, que siguen siendo solo eventos externos, aunque debería enseñarnos que todos estamos en un solo barco, si el daño golpea a un individuo, todos saldrán heridos. Nadie se salva solo, y solo podemos salvarnos juntos. La máscara del "ego" temeroso debe caer en favor de la pertenencia como hermanos, la afirmación de que somos maestros absolutos, y extraer una lección que nos lleve al "nosotros"

  • Sin dignidad en las fronteras, los migrantes que abandonan por la fuerza sus países de origen a menudo están expuestos a la violencia, a la trata de personas, al abuso psicológico y físico, a un sufrimiento incalculable y a formas de trato que los hacen sentir menos valiosos y humanos.

  • La ilusión de la comunicación, la contradicción entre los medios de comunicación y el hacer la vida privada bajo constante supervisión. Está permitido mostrar todo a través de la comunicación digital, para que todos se conviertan en blanco de miradas curiosas que revelen sus peculiaridades. Así, el respeto por el otro se desvanece y su vida se expone al máximo.

  • Agresividad sin pudor, en nuestro mundo aparecen formas extraordinarias de agresión social que encuentran en los dispositivos móviles y las computadoras un ámbito inigualable de propagación.

¡La luz de Cristo es más fuerte que todas estas tinieblas! ¡Y enciende la llama de la esperanza en nosotros!


4. Esta es la primera Navidad que pasan las familias de las víctimas de la explosión en el puerto de Beirut y los afligidos, en donde sus seres queridos fueron asesinados con armas sin control, convirtiendo sus corazones en una gruta de dolor y de lágrimas en la que nació Jesús. Compartimos con ellos sus sufrimientos emocionales y físicos en la fiesta de la alegría, del gozo y del amor, y oramos por ellos. Lo que más les duele es que la investigación judicial gira en torno a sí misma y a la jurisprudencia y los poderes.

Pero el desastre es más grande que todos y supera la inmunidad de todos. La gente quiere la verdad, sea cual sea el punto de referencia de la investigación, y quiere que la investigación vaya a la raíz del desastre, no a sus orillas. ¿Qué les decimos hoy a las familias de más de 200 víctimas, a más de 6,500 heridos y discapacitados, y a más de 300,000 sin techo, además de la mitad de los libaneses que se han empobrecido? ¿Cómo compensamos a un país cuyo puerto fue destruido? ¿Cómo vemos una capital medio destrozada y sus barrios más bellos, casas patrimoniales, bibliotecas, edificios, universidades, escuelas, iglesias, templos, mezquitas e instituciones turísticas destruidos? ¿De dónde sacamos 15 mil millones de dólares para restauración, construcción y compensación? ¿Cómo mejoramos la economía y el comercio en colapso? Sin embargo, no tenemos un gobierno sin ninguna justificación que no sean las intenciones maliciosas que se arrastran y destruyen, tal como lo hizo esa serpiente antigua (cf. Génesis 3, 1-7).


5. Rara vez una nación ha experimentado una crisis tan grave y sus líderes no lograron salvarla, como la nuestra. Originalmente, esta crisis existencial no se habría producido de no ser por el mal desempeño de este grupo político desde hace años hasta la actualidad. Ella no entendió la política como un arte para administrar los asuntos del país y ayudar al pueblo, sino que la convirtió en un arte para sus intereses y trastocar la vida pública, los derechos constitucionales, humillar a la gente, corromper instituciones, obstruir el poder judicial y golpear la economía y la crítica. Ante esta realidad, solo podemos decir que este grupo político se está apoderando de la administración de un estado enemigo y un pueblo enemigo.


6. Por otra parte, vemos que esto debilita la confianza en la alianza nacional y da la impresión de que un Líbano unido no es viable, mientras que el Líbano no tiene valor fuera de la colaboración y la unidad, ni la colaboración y la unidad tienen valor fuera de la libertad y de la lealtad. Hay quienes quieren destruir del Líbano el modelo, el mensaje y lo excepcional que es de forma intencionada o por ignorancia. Sin embargo, tenemos la firme esperanza de que el Líbano es más fuerte que todos estos intentos. Se probó en el pasado y se probará en el presente. Se levantará con gloria y honor. Estamos decididos a afrontar los retos, por grandes que sean. Estamos decididos, junto con quienes tienen buenas intenciones, a salvar el Líbano democrático, neutral e independiente. Líbano es soberanía, comunidad y progreso.


7. A pesar de los contratiempos en la fórmula de la convivencia debido a la multiplicidad de lealtades, la infiltración de creencias ajenas a nuestra sociedad cristiano–islámica y la proliferación de injerencias externas, se debe restablecer la renovación de la fe en sociedad en un marco cívico, neutral y descentralizado. Es imperativo redefinir el significado del pluralismo de civilización y producir un estado cuya estructura sea coherente con el desarrollo de la sociedad libanesa. El pluralismo no tiene valor fuera de la alianza, la constitución, el estado, el respeto por los demás y el reconocimiento de los suyos. Es de nuestro interés –y de intereses de todos– devolver la fórmula libanesa a sus dualidades históricas, es decir, a la comunión entre cristianos y musulmanes, para purificarla de los conflictos de sectas y confesionalismo que contribuyeron a distorsionar su imagen. Líbano, al establecer una patria para la paz, no para los conflictos, es un estado para todos los ciudadanos, no un estado para confesiones, sectas, partidos y personas influyentes.


Los libaneses quieren vivir en el Gran Líbano en igualdad de condiciones, no a costa de los demás y unos contra otros. Igualdad en el desarrollo, impuestos, tasas y gravámenes, igualdad en la participación en las decisiones nacionales, no en la exclusividad de ésta fuera de la legitimidad e imponiéndola a los demás.


8. Ustedes saben que nuestras responsabilidades históricas y nacionales nos han impulsado a emprender una iniciativa dirigida a instar a los funcionarios a formar rápidamente un gobierno, a fin de evitar un colapso total. Desde el primer momento, fuimos conscientes de las dificultades internas y externas, y la presencia de otras cosas ocultas y artificiosas que dificultan la formación. Pero tomamos en consideración los intereses y tragedias de los ciudadanos. Apostábamos por la conciencia de los responsables. El principio era que ningún partido debería controlar las articulaciones del gobierno fuera de la igualdad entre las confesiones. El pueblo, y nosotros estamos con él, quiere un gobierno especializado fortalecido contra la politización que se haga cargo del taller de avance y reforma y devuelva el Líbano al sistema de la nación. Estábamos esperando un gobierno que reformara el estado, no en el proceso de formar un gobierno a través del cual algunos controlarían el estado. Queríamos salvar al pueblo, no anunciar la caída del Estado. Lamentamos profundamente el incumplimiento de las promesas que nos hicieron. Volvió a la formación del gobierno hasta el punto de cero. Estimados funcionarios, liberen al Líbano de los archivos y conflictos de la región, y de sus cálculos y sus propios intereses futuros.


9. “El pueblo que andaba en tinieblas vio una gran luz” (Is 9, 1). En el corazón de nuestras intensas crisis, la luz de Cristo resplandece para disiparlas y esparcir esperanza en nosotros. El canto de los ángeles sobre el pesebre de Belén inauguró un nuevo tiempo para toda la humanidad, que es el tiempo de la paz y de la esperanza: la paz está bajo nuestra custodia para construirla, y la esperanza en nuestro corazón para resistirla.


Gloria a Dios en las alturas y en la tierra sea la paz y la buena esperanza para la humanidad.


¡Cristo ha nacido, aleluya!



Su Beatitud Bechara Pedro cardenal Rai

Patriarca de Antioquía y de todo el Oriente



 


Texto Original:



بكركي, الخميس 24 كانون الاول 2020



"الشعب السالك في الظلمة أبصر نورًا عظيمًا" (أش 9: 1).

إخواني السادة المطارنة الأجلّاء،

قدس الرؤساء العامّين والرئيسات العامّات،

الآباء والرهبان والراهبات،

أيّها الإخوة والأخوات في لبنان والنطاق البطريركيّ وبلدان الإنتشار، الأحبّاء

ولد المسيح ! هللويا!