Es el nombre que la Iglesia Maronita a (y en general todas las iglesias orientales) utilizan para el santo Crisma.

Es un aceite aromático bendecido por el Patriarca o por el Obispo; está hecho con aceite de oliva (o de otras plantas) mezclado con sustancias aromáticas. Es la materia utilizada para ungir a los fieles cuando reciben el misterio de la crismación (id. sacramento de la confirmación), que ordinariamente se administra junto con el bautismo.

La palabra griega μύρων (myron) es la forma gramatical del genitivo plural de μύρο (mýro), mirra, pues se prepara con este elemento.

El origen de la preparación y uso del Santo Myron se basa en la descripción que presente el libro del Éxodo: “el Señor dijo a Moisés: provéete de perfumes de primera calidad: de mirra pura, quinientos siclos; de cinamomo, la mitad: doscientos cincuenta siclos; de caña aromática, otros doscientos cincuenta; de casia, quinientos, según el siclo del santuario; y un hin de aceite de oliva. Con todo ello elaborarás el óleo de la unción sagrada; perfume preparado con arte de perfumistas es el óleo de la unción sagrada del Señor” (Ex 30, 22-25).

El Santo Myron se preparaba ya de manera formal desde del siglo II cuando el cristianismo se expandió geográficamente, para que se pudieran ungir los fieles que vivían en lugares remotos a donde los primeros sucesores de los apóstoles no podían llegar, encomendando la unción de aquellos fieles a los obispos o sacerdotes que los asistían.

El ungir con el Santo Myron consagrado por el mayor de los obispos era una signo de unidad, por eso el patriarca era quien ordinariamente consagraba el santo Myron, y poco a poco se fue delegando a los obispos. Actualmente cada obispo suele consagrarlo en su eparquía, particularmente aquellos obispos que viven fuera del territorio patriarcal. Pero es emotivo usar el consagrado por el patriarca, no sólo como signo de unidad sino para hacer presente al patriarca en cada crismación. Lo sacerdotes no pueden consagrarlo, únicamente el patriarca y los obispos delegados para ello, como son los obispos que lo consagran para sus eparquías.

Se le reserva con solemnidad dignidad en el Beyt Mone Dmeshḥone (ܒܶܝܬ ܡܳܐܢ̈ܶܐ ܕܡܶܫ̈ܚܳܢܶܐ) o el Ambry, armario que está decorosamente colocado en el Debir o ܒܶܝܬ ܩܽܘܕܳܐ (beyt quwdosh).